Mirando a la Luna


Datos personales

Mi foto
Madrid, Spain
Cuando los gatos sueñan, adoptan actitudes augustas de esfinges reclinadas contra la soledad, y parecen dormidos en un sueño sin fin...

Seguidores

2/02/2009

Dulce y Bella

LA DULCE BELLA DE OJOS VERDES


Image and video hosting by TinyPic


Que se puede hacer si está todo hecho, que más palabras se pueden decir a cambio de nada, porque luchar más si nada se va a conseguir... Estos pensamientos rondaban la mente de aquella dulce joven mientras su rostro se reflejaba en el agua cristalina de un río sin fondo, de sus verdes ojos resbalaron unas lágrimas por sus mejillas cayendo en el agua, mezclándose su sabor amargo con el dulce agua del rio las cuales se las llevó la corriente.

Se levantó de la orilla mirando fijamente el puente de piedra romano, caminando despacio se dirigió hacia el mientras el corazón le oprimía el pecho con el dolor de un amor no correspondido.

Estando en mitad del puente se asomó para ver como corría la corriente con sus aguas bravas, que rompían en las rocas con su poderosa fuerza mientras los salmones saltaban, luchaban por remontar hasta el lugar de su nacimiento donde volver a procrear, para después morir habiendo cumplido su trágico destino para el cual habían nacido.

Morir, pensaba la dulce bella de ojos verde y cabello dorado. Morir y dejar de sufrir ese dolor que le destrozaba el alma, le arrancaba el corazón y le rasgaba las entrañas. Morir, que bella palabra llena de sosiego, de tranquilidad, de paz infinita en la cual al fin poder descansar y no volver a pensar en algo que nunca llegará.

Alzándose en parapeto del puente se sentó en el mismo, sus piernas colgaban hacia afuera y sus ojos se hechizaban con la bravura del agua que rompía en las rocas. Solo un impulso la separaba, con solo un impulso se uniría con el agua, con el río que la esperaba como un fiel amante para abrazarla.

Si, se echo hacia adelante doblando las rodillas, apoyando los pies en la baranda de piedra se impulsó y salió volando la dulce bella de ojos verdes para estrellarse contra las puntiagudas rocas que sobresalían como afiladas lanzas.

Todo terminó, su cuerpo yacía incrustado en las piedras, mientras su roja sangre teñía el agua cristalina al ritmo de los salmones que por ella subían, para llegar al mismo destino que la dulce bella de ojos verdes y cabello hermoso como el oro había conocido.


Dicen que la noche de San Juan se puede ver a la dulce bella sentada en el puente romano esperando... quien ve su triste rostro se enamora de ella tan apasionadamente y de tal forma que...


No lo sé, pero ya cuatro hombres desde ese mismo puente han saltado en la noche de San Juan...

Marce

12/08/2008

Ella

ELLA ES LA ÚNICA QUE ME PUEDE ABRAZAR

Image and video hosting by TinyPic


Vagando sin rumbo por el bosque, por caminos inciertos en mitad de una tormenta. La lluvia me empapaba las entrañas, el frío congelaba mis huesos y el viento se oponía en mi camino empujándome hacia atrás, impidiéndome continuar como una mano invisible que te quiere parar.

Mas mis pasos continuaban sin hacer caso a las inclemencias del destino, hasta llegar a un claro en el cual se divisaban unos riscos. Sin pensarlo caminaba hacia ellos hechizado por la música del viento cual alma en pena vaga con la Santa Compaña por el camino de los muertos. No supe como pasó, pero en un instante como por arte de magia estaba encima de esos altos peñascos escarpados de difícil acceso y peligrosos para andar por ellos. Tan peligrosos que los habitantes del pueblo cercano no se acercaban, los evitaban siempre que podían, si cerca pasaban hacían tres veces la señal de la cruz, bajaban la cabeza y seguían su camino.

Estaba allí sentado en aquel cerro encantado esperando, con frío, triste y empapado. De pronto la tormenta cesó, las nubes se abrieron encima de mi cabeza, Luna apareció con todo su resplandor del plenilunio y una dulce voz me dijo. -Donde te habías metido gatito malo? Yo preocupada por ti y tu detrás de las gatitas-.

Me levanté, Ella me cogió sin importarle que estuviera mojado, me abrazó, me dio un beso en la cabecita y de mi boca salió un miauuuuuu... más un ronroneo mientras frotaba mi carita contra su precioso pecho.

Alzamos el vuelo dejando atrás el cerro, yo ya no tenía frío ni estaba triste, me gustaba surcar el aire en sus brazos mientras me contaba las maravillas del Universo y me susurraba los más increíbles Secretos...

Marce.